Biofilia, la tendencia en auge del Diseño

Biofilia, la tendencia en auge del Diseño

La Biofília se define como nuestro sentido de conexión con la naturaleza y con otras formas de vida de carácter innato y producto evolutivo de la selección natural que actúa en especies inteligentes cuya supervivencia depende de la conexión estrecha con el ambiente y de la apreciación práctica de las plantas y de los animales.

 

¿Pero que pasa si se aplica la biofília al diseño? 

 

Sede central de Amazon, Seattle 

Sede central de Amazon, en Seattle. 

 

 

Jewel Changi Airport, en Singapur.

  

La biofilia puede presentarse de muchas maneras cuando se habla de diseño, en este artículo planteraremos su aparición y evolución hasta el día de hoy e incluso plantearemos una hipótesis de su forma final. 

 

Casa Kaufmann, en Pennsylvania. 

 

Throwncrown Capel, en Arkansas. 

 

A todo el mundo le gusta la naturaleza, pero a la hora de priorizar, pasamos muchas necesidades por encima del contacto de la naturaleza o de los seres vivos en general. ¿Quién no prefiere las comodidades de la tecnología y la ciudad por encima de una montaña, un prado o un lago?

 

Cada vez son menores las relaciones humanas con la naturaleza, con la biodiversidad, o al menos las relaciones no son del tipo romántico sino de explotación y beneficio colectivo humano. Gracias (y por culpa) de la tecnología, la producción en masa, la urbanización y más procesos, nos hemos ido distanciando de lo que en un inicio era nuestro hogar. Incluso las regulaciones de contaminación, las multas por la no-sostenibilidad de la producción (entre otros), no han conseguido otra cosa que crear una idea de que el único beneficio que aporta la naturaleza son recursos y oxígeno, cada vez más en este orden.

 

El diseño biofilico consiste en cambiar esta idea, esta concepción e imagen que tenemos de la biodiversidad. No se trata de explotar sino de convivir; al obtener el control sobre nuestro entorno, nos hemos creído dueños de él, con capacidad de decisión en todos los aspectos que engloba. También hay que replantear el concepto de naturaleza, pues cada vez más se reduce esta palabra a entornos sin huella humana, como junglas, bosques o desiertos. Esta poca consciencia y ética en relación a nuestro entorno se debe a que solo somos capaces de responder con moral a estímulos que podemos ver o sentir, entender o amar y al transformar la naturaleza en un producto, lo reducimos al consumo, cuando es la mayor forma de vida que existe y existirá.

 

Al normativizar y comercializar la naturaleza entramos en un el juego legal de cómo sacar el mayor provecho al menor coste posible. Es debido a esto que se consume de manera insostenible y ecológicamente incorrecta. Si volvemos a las ciudades, se puede observar cómo se intenta trasladar el campo a la urbe, el bosque a las calles, pues se ha comprobado que este factor mejora la vida civilizada, en mayor o menor medida. La mejora está presente en muchos aspectos; oxigenando las ciudades, mejorando la estética visual, relajando los niveles de estrés y aumentando la desconexión, etc. Es por ello que el diseño biofilico está en auge y, desde mi punto de vista, su impacto es de dos tipos.

 

Reading between lines (invisible church), en Bélgica. 

 

Las dos formas de diseñar de manera biofílica se complementan entre sí pues la primera trata de acercar la naturaleza a un contexto que no le pertenece y la segunda se traslada a un entorno natural para impactar de la manera más imperceptible posible. Por poner un ejemplo, en las oficinas cada vez se añade mayor vegetación y plantas, así como áreas de descanso más orgánicas y al aire libre, este factor se podría clasificar como la primera forma de diseño biofilico. La segunda forma de diseñar de manera biofílica podría ser la construcción de una iglesia en medio del bosque en la que sus paredes no obstaculizan ni esconden el resto del bosque, al igual que permite el paso de los seres vivos del lugar sin alterar el entorno, con materiales sostenibles y/o reciclados.

 

Detalles del estilo biofílico de la Sede Central de Amazon, en Seattle. 

 

Esta tendencia ya se puede observar tan en pequeñas ermitas (“Reading between the Lines” Invisible Church, Bélgica) como en grandes aeropuertos (Aeropuerto de Jewel Changi, Singapur o TheEspheres, sede central de Amazon, Seattle). Esta idea parece ser la solución a toda esta problemática pero el caso es que precisamos de mucha y alta tecnología para poder hacer dichas ideas realidad. Una tecnología que está en aumento exponencialmente inverso al crecimiento de la naturaleza, o lo que es lo mismo, hoy en día más tecnología significa menos naturaleza. Es en este último punto en el que se debe y quiero incidir.

 

El problema puede aparecer en muchas formas, una de ellas y la más preocupante desde mi punto de vista es que en un futuro la naturaleza desaparezca de su entorno natural y se vea despedazada y repartida en pequeños edificios o mega construcciones que formen un propio ecosistema, rodeados de una urbe infinitamente tecnificada.

 

 

Vista aérea de la Sede Central de Amazon, en Seattle.

 

Detalles del interior de Jewel Cahngi Airport, en Singapur

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